Cuidados básicos de una herida en casa: Guía paso a paso

Las heridas leves son comunes en el día a día y, con los cuidados adecuados, suelen curarse sin complicaciones. Conocer cómo limpiar y proteger una herida en casa es fundamental para evitar infecciones y favorecer una recuperación rápida.

Primeros pasos al tratar una herida

  1. Lavarse las manos: antes de tocar la herida, es fundamental usar agua y jabón o gel desinfectante.
  2. Detener el sangrado: aplicar una ligera presión con una gasa limpia hasta que cese la hemorragia.
  3. Limpiar la herida: enjuagar con agua corriente y, si es necesario, usar un jabón neutro. Evitar el uso de alcohol o agua oxigenada directamente en la herida, ya que pueden irritar.
  4. Secar con cuidado: utilizar una gasa estéril dando pequeños toques, sin frotar.

Cómo proteger la herida

  • Aplicar una pomada antibiótica si lo recomienda el médico o farmacéutico.
  • Cubrir con una gasa estéril o apósito limpio, especialmente si la herida está en una zona expuesta a roces o suciedad.
  • Cambiar el vendaje al menos una vez al día o cuando se humedezca o ensucie.

Cuidados durante la cicatrización

  1. Mantener la herida limpia y seca.
  2. Evitar rascarse o retirar las costras para no retrasar la curación.
  3. Vigilar signos de infección como enrojecimiento, hinchazón, calor o pus.
  4. Consumir una dieta equilibrada rica en vitaminas y proteínas para favorecer la regeneración de la piel.

Cuándo acudir al médico

Es necesario buscar atención médica si la herida es profunda, el sangrado no se detiene, aparece pus o fiebre, o si fue causada por objetos oxidados y no se tiene la vacuna antitetánica al día.

Con cuidados simples y constantes, la mayoría de las heridas leves se curan sin complicaciones. La prevención y la higiene son la clave para una recuperación rápida y segura.

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